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Mujeres migradas y exclusión laboral en Barcelona

29/10/2021

Las mujeres tienen más probabilidades que los hombres de vivir por debajo del umbral de la pobreza, con una tasa de pobreza del 23,3% frente al 19,9% de los hombres[1]. Estos datos están intrínsecamente ligados con una mayor precariedad laboral por parte de las mujeres, que pese a un aumento constante de su tasa de actividad, en 2020 se mantiene 10 puntos por debajo de la de los hombres (55,8% frente al 65, 1%), y con una tasa de paro dos puntos porcentuales mayor que la de los hombres (17,4% frente al 15,5%)[2].

Las condiciones laborales de las mujeres que acceden al mercado laboral son más precarias que las de los hombres, con una tendencia a la contratación por debajo de su categoría profesional, mayor prevalencia de contratos a tiempo parcial y con formas contractuales con menos garantías y protección. En el caso de las mujeres migradas extracomunitarias, esta situación todavía se ve más agravada, ya que no tienen las mismas oportunidades de acceso al empleo que las mujeres autóctonas, y su incorporación a la esfera laboral resulta aún más difícil.

Precariedad laboral de las mujeres migradas

Factores estructurales como la ley de extranjería, que pueden significar de facto la expulsión del mercado laboral regular, empuja a las mujeres migradas extracomunitarias a trabajos en la economía sumergida y las expone a situaciones de extrema vulnerabilidad.

A las barreras de acceso estructurales se añaden factores provocados por el hecho migratorio. Un proceso de migración afecta a todos y cada uno de los aspectos de la vida de una persona más allá del cambio geográfico, pudiéndose dar cambios importantes en su capital social y en su estatus socioeconómico. Es el caso de muchas mujeres que ocupaban puestos de trabajo en sus países de origen, pero su trayectoria migratoria ha supuesto una ruptura en el ámbito laboral. Al llegar a la sociedad de acogida, deben hacer frente a un gran número de dificultades y obstáculos, como son la falta de conocimientos lingüísticos, del entorno, de una red social que sea de utilidad para el empleo , de los recursos que tienen a su alcance, etc. Además, el reconocimiento y homologación de sus títulos educativos resulta muy difícil, y al no poder hacer uso de su bagaje educativo deben hacer frente a dificultades agravadas para insertarse en espacios laborales cualificados.

El modelo laboral presente en Catalunya, con una importante carga horaria y la dificultad para conciliar la vida profesional y familiar, puede representar otro obstáculo a la inserción laboral de las mujeres. Paralelamente, no podemos obviar la existencia de una islamofobia vinculada al uso del hiyab y la vestimenta tradicional, que también tiene un peso importante en el acceso al empleo de las mujeres musulmanas. La intersección de estas barreras y discriminaciones impide la plena inclusión en la sociedad, generando riesgos de aislamiento y de exclusión social que son particularmente elevados.

Uno de los colectivos de mujeres que ejemplifican este fenómeno son el de las mujeres paquistaníes. Aunque su presencia en la ciudad de Barcelona ha ido en aumento en los últimos años, las mujeres constituían en 2008 el 12% de la población paquistaní frente al 27% en 2017, no ha ido acompañada de mayor visibilidad. La falta de espacios de interacción con la población local o el desconocimiento de sus problemáticas y necesidades por parte de las administraciones públicas son algunas de las razones.

En la ciudad de Barcelona, ​​a lo largo de los años, se ha desarrollado una red de negocios regentados por población de origen paquistaní. Estos comercios, además de suponer una inversión y dinamización económica de la ciudad, ofrece oportunidades laborales para chicas jóvenes paquistaníes, que ocupan trabajos de cajeras, reponedoras, o gestionando pedidos y facturas en las oficinas de la empresa. Si bien es cierto, que la comunidad paquistaní ha desarrollado sus propias estrategias de empoderamiento económico, éstas no son suficientes, ni permiten el acceso a trabajos más cualificados, ni fomentan la inserción laboral de las mujeres fuera de la economía de la comunidad.

Debemos resaltar por tanto, que sus posibilidades y alternativas de acceso al mercado laboral, representan unas condiciones a menudo muy difíciles y con baja remuneración. En esta línea, las mujeres paquistaníes entrevistadas en una investigación en el Marco de la Estrategia contra la Feminización de la Pobreza, se encuentran desorientadas en el proceso de búsqueda de empleo, ya que no tienen referentes de qué tipo de empleos podrían realizar y no saben a quién recurrir.

Políticas alternativas

Por el contrario, muchas de estas mujeres atesoran conocimiento y realizan prácticas de trabajo informales en oficios y artes, como la costura, la confección de vestidos, la joyería, la elaboración de comida preparada, etc. Una respuesta a su situación de vulnerabilidad podría pasar por facilitar la formalización de estas actividades, que ya se llevan a cabo de forma informal. Por ejemplo, impulsando (desde las diferentes administraciones) la creación de cooperativas, empresas, etc., mediante la formación en emprendimiento y facilitando el acceso a créditos y capital.

Los factores específicos relacionados con la migración, el conocimiento lingüístico, las prácticas religiosas y la estigmatización que comporta para el mercado laboral son a menudo ignorados en las intervenciones con mujeres migradas. Sin embargo, las políticas públicas dirigidas a personas migradas no pueden prescindir de una reflexión en profundidad sobre la dimensión de género. La feminización de la migración, el papel crucial de la mujer en la participación de las personas migradas en la vida social y económica, requieren políticas públicas más transversales, que tengan en cuenta la efectividad y desarrollo de los derechos de estas mujeres. Las barreras administrativas y lingüísticas, la ausencia de servicios de intérprete y de servicios de guardería así como ciertos prejuicios constituyen retos para asegurar intervenciones adaptadas a las necesidades de estas mujeres. Políticas que pongan en valor sus conocimientos y capacidades y apoyen iniciativas orientadas a conseguir su autonomía económica.


[1] Institut d’Estadística de Catalunya, 2020. Taxa i població en risc de pobresa per sexe.

[2] Institut d’Estadística de Catalunya, 2020. Enquesta de població activa.

https://www.idescat.cat/treball/epa?tc=4&id=ic40

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